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El oficio del pedagogo es una actividad intelectual que implica la aproximación de forma científica a la realidad, así como el manejo de procedimientos que permitan incidir efectivamente en ella; realidad que se forma y transforma por la interacción entre seres humanos libres y valiosos, que merecen y buscan la mejoría de sus condiciones de vida en lo individual y en lo colectivo. Ello conforma el quehacer profesional del pedagogo; por eso, además de la contribución social que se deriva de su actuar, debe atender a las condiciones que le permitan obtener una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades básicas y alcanzar una forma de vida decorosa.


Quienes creen que estudiar y ser profesional de la Pedagogía son tareas fáciles, es porque desconocen nuestro oficio, ser pedagogo y ser estudiosos de la Pedagogía no es tarea sencilla, pero quienes hemos hecho de ello profesión creemos que no hay labor más llena de satisfacción que ejercer el oficio de pedagogo.


Por lo anterior, es importante saber cuáles son aquellos horizontes, vertientes y aspectos que el pedagogo suele y debe atender de manera muy satisfactoria en su desarrollo ocupacional. 

EL OFICIO DEL PEDAGOGO EN 5 VÉRTICES 

1. INCLINACIÓN CIENTÍFICA

 

Una tarea sin duda asociada al oficio del pedagogo es la explicación científica del segmento de realidad que hemos definido como objeto de estudio. Aquí nuestra disciplina enfrenta un problemática por demás interesante y compleja: la diversidad de paradigmas teórico-metodológicos. Una expresión clara de ellos es la controversia entre Pedagogía y Ciencias de la Educación, controversia que según la opinión de algunos solo es de carácter conceptual, desde la perspectiva de otros, representa diferentes enfoques epistemológicos.

 

Otra vertiente de análisis de suma importancia es el empleo de las metodologías Cuantitativa o Cualitativa, por lo anterior ¿Es susceptible de ser medido el hecho educativo?, de ser esto cierto, ¿Cómo se mide?, por su carácter, asumimos que los procesos educativos no son mesurables. Por eso debemos mencionar que la realidad educativa está conformada por un sinnúmero de procesos y variables que pueden ser enfrentados de distintas maneras metodológicamente hablando, lo cual no solo es conveniente sino necesario para una clara comprensión del objeto de estudio, a ello le denomina el proceso de convergencia.

 

Durante una época fue muy útil para el desarrollo disciplinario el traslado de teorías de otras disciplinas a la explicación de nuestro fenómeno de estudio. Así teorías de la Sociología y la Psicología, principalmente, pero también de la Economía, la Ciencia Política, la Historia y otras, jugaron un papel determinante en la comprensión y explicación de los hechos educativos. 

 

Así pues, y sólo a manera de muestra, encontramos que el oficio del pedagogo presenta serios problemas su aspecto de explicación científica, pero ello no es motivo de abandonar la empresa del quehacer científico, por el contrario, debe ser motor que impulse la acción en ésta área. Para ello el ser pedagogo implica un serio conocimiento de la epistemología o filosofía de la ciencia, de los procedimientos de las matemáticas y la estadística aplicadas a las ciencias sociales, de las metodologías y técnicas de investigación histórica, histórica, experimental, descriptiva, de las técnicas documentales y bibliográficas, de la investigación acción, de las historias de vida, de la etnografía y demás. No se puede ejercer el oficio de pedagogo desde una perspectiva científica si se ignora el sustento y proceder del quehacer científico. 

2. INCLINACIÓN TÉCNICA​

Las tareas del pedagogo en esta vertiente se reflejan en la planeación de las acciones educativas, desde las de mayor envergadura como la que se refiere al desarrollo de las instituciones educativas, hasta las de menor escala como la planeación de una clase, pasando por la planeación curricular y el planteamiento de distintos programas educativos; implica así mismo el desarrollo de material didáctico, el diseño de escenarios educativos, la propuesta de estrategias de enseñanza, el análisis de la actuación docente y todo lo referente a lo que conocemos concretamente como el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

Pero no solo es cuestión de planeación y desarrollo, es además necesario evaluar todo ello en cuanto a su eficacia en la consecución de las metas planteadas. Más aún, todo lo anterior debe atender a las diversas manifestaciones del quehacer educativo tanto en lo formal como en lo informal y de las nuevas prácticas educativas, como lo son el análisis de los mensajes educativos a través de los medios de comunicación masiva y las tan mencionadas telecomunicaciones.

 

El pedagogo conoce las técnicas y los procedimientos más adecuados sobre las distintas formas de enseñar, pero no posee el dominio de los distintos objetos de conocimiento que se enfrentan en la tarea educativa, por ello, está obligado a interactuar con distintos profesionales de las diferentes áreas del conocimiento, lo que le significa un necesario trabajo inter y multidisciplinario. Además del conocimiento asociado a su propia disciplina debe poseer la habilidad para el trabajo en equipo, así como la suficiente cultura para desempeñarse con un adecuado nivel de análisis e interacción con los otros profesionales relacionados con el proceso educativo.

 

El oficio del pedagogo en actividades técnicas es un compromiso con el conocimiento profundo de la realidad, de la ciencia y de los procedimientos que nos permiten hacer bien las cosas. Quizá es aquí donde encontramos un mayor campo laboral, sobre todo por la necesidad real que tienen las sociedades actuales de impulsar los sistemas educativos para mejorar sus estadios de desarrollo, aquí es donde se dan los compromisos ideológicos y éticos con la aplicación de la técnica. Hacer planes de estudio, por ejemplo, así como hacer puentes, no solo es un problema de resolución técnica y cálculo; implica un compromiso y pertinencia con los usuarios, con el servicio que presta y sobre todo, con la finalidad para la que fue hecha. Finalmente solo cabe mencionar que, la técnica no es ingeniería educativa, es práctica comprometida, reflexiva, crítica y sobre todo humana y social. 

3. INCLINACIÓN HUMANISTA

 

El hombre es el fin último de la actividad del pedagogo, entendido en toda su plenitud y maravillosa  complejidad, en toda su capacidad productiva y creativa, en su relación con los otros y en su única y compleja relación con sí misma, el hombre meta y medida de todas las cosas, maravillosa mezcla de su cuerpo, mente y espíritu.

Este es el quehacer pedagógico, pero comprender al hombre es comprender el universo, entender sus manifestaciones es entender la belleza y el horror, por ello el pedagogo no puede, ni debe abstraerse de su vocación humanista, su preocupación es ética, estética y en fin, filosófica y antropológica.

 

Las distintas manifestaciones de las artes como la poesía, la música, la pintura, la literatura, el teatro, el cine y demás, en sus más altas manifestaciones, así como en su expresión popular, son objeto de interés y conocimiento del pedagogo; en ellas se refleja el ser cultural y sus productos, en ella se encuentra el sentido y significado de la formación a la que debe aspirar todo ser humano enmarcado y definido en una cultura.

 

El entorno humano, el lugar del hombre se encuentra amenazado y requiere cuidado y análisis, por ello la ecología y sus distintas implicaciones son motivo de especial atención para los pedagogos, ignorarlo sería un atentado contra la propia humanidad y la de aquellos a quienes van dirigidos nuestros esfuerzos educativos.

 

En fin, el oficio del pedagogo es intelectual y humanista en el más alto sentido de la palabra el pedagogo no puede ser un ignorante, el pedagogo de be ser un hombre culto, un profesional informado del acontecer científico, social, económico, político y cultural, comprometido con su medio ambiente y sobre todo comprometido con el ser humano en su expresión individual y colectiva.

4. INCLINACIÓN CÓMO AGENTE DE CAMBIO

 

El oficio de pedagogo es un compromiso con el mejoramiento de la vida social e individual, nada tiene sentido si en nuestra sociedad seguimos viviendo la miseria, la injusticia y la explotación, si seguimos encontrando niños que mueren de hambre, que son obligados a la prostitución o como cualquier otra mercancía, si seguimos viendo mujeres maltratadas y mutiladas, si la drogadicción esclaviza a miles de jóvenes.

 

La realidad con sus horrores a veces nos apabulla y paraliza, por ello no nos sorprende encontrar jóvenes que se consideran sin futuro, que no ven alternativas ni les preocupa encontrarlas, que encuentran en el placer inmediato la única forma de realización. Las alternativas no se encuentran en una primera aproximación al mundo real, las oportunidades de desarrollo y trabajo parecen no existir, se percibe como una condena continuar viviendo en las mismas condiciones en que se nació.

 

Y parece ser cierto, es mediante el impulso a la educación en una vertiente humana como es posible abrir las oportunidades para que los jóvenes y todo los que en esta sociedad nos desarrollamos, encontramos vertientes de oportunidad y de construcción de una sociedad verdaderamente humana.

El pedagogo debe de comprender a cabalidad los procesos y motivos por los cuales la sociedad se está deteriorando, los motivos de la desesperanza de los jóvenes y debe actuar como individuo activo en la transformación de la sociedad. Sin duda es necesario asumir que mediante la acción educativa es posible incidir en los procesos sociales, no basta la educación, sabemos que otros procesos estructurales afectan la dinámica social, sin embargo, el proceso educativo innegablemente interviene en la construcción de la sociedad.

 

El oficio del pedagogo, es vocación de cambio, de sueño, de utopía. Necesidad de construir una sociedad justa, equitativa y humana, así es, y no se puede negar, está en nosotros la posibilidad de ser agentes del cambio social, si no lo hacemos y actuamos con un compromiso personal y gremial, aquellos que nos sucedan nos lo reclamarían; si es que todavía hay un mundo para ellos. 

5. INCLINACIÓN PROFESIONAL

 

Como profesional, el pedagogo vive de su trabajo y la pretensión como la de todos es vivir bien, es decir, alcanzar los niveles de bienestar. La actividad profesional del pedagogo es cada vez más diversificada, además de las prácticas tradicionales en las instituciones educativas públicas y privadas, el pedagogo interviene en actividades antes relegadas de su participación profesional, actividades tales como la planeación y evaluación institucional, los estudios de impacto educativo, diagnósticos y estudios de demanda educativa y otras han reclamado una intervención más amplia e integral del pedagogo en estas instituciones.

 

Cada vez más empresas demandan a los profesionales de la Pedagogía en los procesos de capacitación y desarrollo institucional; se participa más en el diseño de mensajes educativos a través de los medios masivos y es indudable que es necesaria una labor más frecuente de los profesionales de la educación en ese sector tan delicado e influyente.

 

En la política y dirección de los servicios educativos se encuentran ya un mayor número de pedagogos aportando su esfuerzo y talento. Los pedagogos deben de acceder a las posiciones de toma de decisión en el sector  educativo, éstas se ganan, no llegan, por ello es necesario formarse para una más amplia participación en la administración pública federal, estatal y municipal.

 

Las prácticas profesionales del pedagogo cada día son más amplias y es en aquellas actividades en que tradicionalmente no se contaba con la presencia de este profesional donde vemos una mayor diversidad de oportunidades, las llamadas prácticas emergentes están siendo el punto de mayor atracción, las telecomunicaciones, las empresas de tecnología, los centros financieros, las organizaciones no gubernamentales y la práctica privada cada vez necesitan y solicitan la participación de pedagogos.

 

Finalmente, ejercer el oficio de pedagogo es una de las actividades más altas y más nobles a las que puede aspirar un ser humano; ejercerlo a cabalidad significa esfuerzo, trabajo y estudio, mucho estudio. El pedagogo es científico, un técnico, un intelectual, un humanista, un agente de cambio y un profesional, no es uno u otro, es todo ello, no son excluyentes estas posibilidades, son necesariamente incluyentes. 

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